domingo, 6 de junio de 2010

AUTOEVALUACIÓN

LA EDUCACIÓN PLÁSTICA
Y
SUS DIFICULTADES DE ENSEÑANZA-APRENDIZAJE ´10

En primer lugar, debo decir que la asignatura me ha sorprendido gratamente. Había cursado otras con nombres similares que trataban la educación plástica, pero esta sin duda ha sido la más innovadora, atrevida y productiva en tan poco tiempo como teníamos.

Cuando se nos presentó la asignatura me atrajo mucho y tenía muchas ganas de llevar a cabo las experiencias que se nos habían introducido. Sin embargo, también tenía miedo y me sentía agobiada porque no me considero una persona creativa, imaginativa ni con dotes artísicas, así que no estaba para nada segura de estar a la altura de lo que se nos pedía.
Según ha pasado el tiempo, que ha sido más bien poco, me he sorprendido a mí misma porque, después de muchos quebraderos de cabeza, de mucha presión por el poco tiempo del que disponía y no acababa de encontrar ideas para llevar a cabo mis trabajos...el cuatrimetre ha acabado...miro hacia atrás, repaso mis trabajos de apenas dos meses habiendo partido desde cero en cuanto a experiencias artísticas similares, y descubro que soy capaz de hacer mucho más de lo que yo misma me imagino y que puedo disfrutar haciéndolo.

El haber cursado esta asignatura, con estas caracteríticas, ha marcado en mí un antes y un después en cuanto a la forma de ver el arte y el arte en la educación. Nunca antes ningún profesor me había llegado a influir hasta el punto de llevar SIEMPRE conmigo la cámara de fotos o pararme a mirar cosas que veía a diario, desde otro punto de vista. Sólo espero poder transmitirselo a mis alumnos algún dia.

También es cierto, todo hay que decirlo, que ha habido momentos en los que me he sentido demasiado presionada por las características del grupo, del cuatrimestre y las exigencias de la asignatura...y que si hubieramos tenido más tiempo podría haber obtenido incluso mejores resultados en mis trabajos, o menos trabajos y más tiempo para dedicarles y sacarles el mayor provecho.

No obstante, me quedo con muy buena sensación de la asignatura, me llevo muchos aprendizajes de las experiencias y estoy muy satisfecha con mi trabajo que, repito, me ha sorprendido muy gratamente.

Por tanto, valorando el proceso, si tuviera que calificarme a mí misma lo haría con un sobresaliente, puesto que no sólo he cumplido con los requisitos de la asignatura al entregar todas las tareas que se pedían a tiempo, sino que he ido más allá, obteniendo resultados muy gratificantes, superandome a mí misma, y mi mirada y mi forma de trabajar han ido cambiando y mejorando experiencia tras experiencia.

lunes, 31 de mayo de 2010

ENSAYO ESCRITO Y VISUAL

EL PODER DE LA MOTIVACIÓN

En todos los aspectos de nuestra vida, todo gira en torno a la motivación, así que en la educación no podía ser menos. Puede que un niño no realice una tarea sencilla porque no encuentra motivación alguna y, en cambio, ese mismo niño puede resolver otro ejercicio o actividad de gran complejidad porque está altamente motivado. Pero, ¿de qué depende que haya o no motivación? Mejor dicho, ¿de quién? A este respecto, mi opinión es clara; del profesor, los padres y el resto de adultos responsables de la educación integral del niño.
“Con 11 años empecé a escribir una novela y le encargué a mi mejor amiga que hiciera las ilustraciones, hasta que mis padres intervinieron arguyendo que los deberes eran más importantes. Mi hijo, en cambio, recibió ánimos y publicó su primera novela a los 22 años” Este puede ser el caso de algún compañero del colegio, familiar, o incluso el tuyo mismo. No somos conscientes del daño que hacemos cortando las alas a esos niños llenos de ilusiones e ideas por pulir, creyendo que lo que la sociedad exige e impone es lo correcto y nada fuera de esos márgenes tiene cabida.

Hoy en día se habla mucho de la falta de motivación en la enseñanza pero no tenemos la fórmula para resolverlo ya que es un círculo vicioso, el pez que se muerde la cola; los profesores manifiestan que los alumnos no están motivados por aprender, los padres están preocupados por lograr un ambiente efectivo de cara al aprendizaje y conseguir que sus hijos desarrollen actitudes, motivaciones y expectativas pero tampoco creen que los profesores hagan todo lo que está en su mano, y los alumnos no se sienten estimulados por la enseñanza que reciben y el rendimiento académico que obtienen no es el esperado. Por tanto, me atrevo a asegurar que la motivación es la pieza clave en la enseñanza que preocupa a todos los miembros de la comunidad educativa pero ninguno le da la suficiente importancia ni la aborda como se debería. La teoría sobre el aprendizaje que adopta nuestro sistema educativo señala la necesidad de la motivación como condición necesaria para aprender; sin embargo, para qué engañarnos, este aspecto no parece ser asunto de atención preferente en las programaciones de los profesores.

Antes de continuar, me gustaría aclarar el concepto de motivación y todo lo que ella implica, ya que, aunque oímos constantemente hablar sobre ella, o más bien, sobre la falta de ella, no sabemos con exactitud a qué nos estamos refiriendo. Desde una perspectiva didáctica, los tipos de motivación más significativos a considerar serían los siguientes:
En primer lugar, la motivación intrínseca o primaria se refiere a que una persona hace algo porque tiene interés directo en hacer esa actividad misma. El conflicto conceptual y los estímulos novedosos provocan la ruptura del equilibrio intelectual del alumno y despiertan su curiosidad epistémica, lo que supone un alto grado de motivación para el aprendizaje. El rendimiento de la motivación intrínseca es la clave para el rendimiento escolar porque permite al niño alcanzar niveles progresivamente más altos de competencias.
En segundo lugar encontramos la motivación extrínseca o secundaria. Un sujeto está motivado extrínsecamente cuando no está motivado por la tarea sino por los estímulos ajenos al asunto que le son impuestos por el profesor, los padres o por los compañeros. Se relaciona con las notas, el miedo al suspenso, los regalos de los padres, etc.
Me resulta interesante incluir también los reforzadores naturales o primarios de los que habla Skinner, ya que son básicas y muy útiles de cara a la educación. La motivación positiva se produce cuando el alumno es consciente de la importancia del estudio, bien porque muestra un interés favorable por la materia en sí como objeto de aprendizaje o porque le interesan las ventajas o competencias que le depara su conocimiento, el profesor que la enseña o el método que se sigue para enseñarla. Premios, contactos personales, diplomas, marcas. Por el contrario, la motivación negativa consiste en hacer que el alumno estudie o realice sus tareas escolares por medio de amenazas, castigos corporales o morales, notas bajas, ridiculizaciones, privaciones, etc. La motivación inicial es la motivación que se emplea al comienzo de la clase y con la que se pretende predisponer a los alumnos para que realicen convenientemente los aprendizajes y las tareas escolares que se les proponen a partir de ese momento. Y finalmente, la motivación desarrollo consiste en mantener vivo interés del estudiante a lo largo de todo el proceso de aprendizaje. Esta última motivación me parece clave hoy en día, porque los alumnos rara vez consiguen mantener la motivación por algo, ya que continuamente están cambiando de intereses y parece que nada les acaba de llenar realmente.

La motivación influye de forma determinante en los procesos cognitivos y despierta y mantiene el aprendizaje. Ya lo decía Nietzsche, “Sólo aquel que lleva un caos dentro de sí puede alumbrar una estrella”. La preocupación por el aumento del fracaso escolar apunta como una de las causas más importantes a la falta de motivación de los alumnos por las tareas escolares. Un alumno desmotivado hacia el aprendizaje, no tiene una meta que alcanzar con él y, como consecuencia, también planteará problemas de actitud y comportamiento.

“Conseguir la motivación de los alumnos/as es el reto más difícil que tiene planteado la educación” (Huerta y Matamala, 1994)

Esta situación de falta de motivación se ve en la práctica como una cuestión a resolver por el alumno, pero la responsabilidad del profesor es, en todo caso, hacer lo posible por desarrollar su papel de agente dinamizador y motivador. En el rol importante del profesor respecto a la motivación distingo dos facetas fundamentales: el profesor como agente motivador y como profesional motivado.
En la escuela no se puede entender el sentido y el contenido de lo que se enseña al margen de quién lo enseña. Para los alumnos, el profesor es un punto de referencia fundamental, y no se puede educar en valores si no es con valores. Un profesor con “autoridad moral” sobre sus alumnos hace que estos valoren los contenidos que enseña. Cuando un profesor pierde esta autoridad los recursos más usuales para recuperarla son las amenazas de las notas, los castigos, las represiones, etc., con su resultado inevitable e indeseable: la desmotivación de los alumnos. Tener confianza en el profesor supone que los alumnos reciban la información con una actitud positiva.
Sinceramente creo, que la motivación es tanto causa como efecto del aprendizaje y por eso no siempre hay que esperar a que la motivación aparezca par empezar a enseñar algo. El profesor debe aprovechar los intereses y motivaciones que los alumnos tienen, pero sin ceñirse a ellos, ya que no sólo motiva por medio de un hábil y adecuado planteamiento de las tareas, sino que en gran medida su capacidad de incentivar consiste en una correcta preparación y organización de sus clases.

La mente creativa es, por propia definición, difícil de controlar. Experimenta una tensión natural entre el autocontrol metódico y el impulso innovador. No es que las personas creativas estén emocionalmente descontroladas; más bien están dispuestas a emplear una cantidad de impulsividad y acción mayor que otros espíritus menos aventureros. Eso es, al fin y al cabo, lo que crea nuevas posibilidades. (Goleman, D. 1999. La Práctica de la inteligencia emocional)

El profesor debe actuar como un profesional motivado, distante de la rutina y el acomodamiento a que pueden conducir el paso de los años de ejercicio, o el acceso a esta profesión sin unas mínimas dosis de vocación o conciencia de la responsabilidad que supone este “trabajo”. Considero básico que el profesor sea creativo, esté motivado por lo que hace y crea en sus posibilidades para aplicar sus recursos y estrategias dirigidos a motivar a sus alumnos, a cada uno de ellos como necesita.
Los intereses y la motivación de sus alumnos, una clase motivada, estimula a su vez al profesor. En una especie de motivación interactiva, el profesor motiva a sus alumnos, los alumnos motivan al profesor. No obstante, no basta con que el profesor esté motivado por su materia, asignatura o contenido, sino que es necesario que esté motivado por la enseñanza y por el aprendizaje de los alumnos, porque si no es así, puede llegar a ser un gran locutor pero no sería capaz de activar y mantener el interés de los alumnos por la materia que enseña y no sería un profesional de la docencia que esté garantizando que los estudiantes consigan los objetivos propuestos.
No puedo evitar, cada vez que hablo de sea cual sea el aspecto educativo o tema relacionado con el proceso de enseñanza-aprendizaje, sacar a relucir la cuestión de la formación del profesorado. Creo que es la base, los cimientos sin los que no se puede pretender construir una educación sólida. El profesorado que va a ocuparse de la educación integral de nuestros niños, el futuro de la sociedad, debe estar ampliamente formado, no sólo en conocimientos, sino en competencias, habilidades y aptitudes.

“El cerebro flexiblemente educado e instruido sabrá identificar más ocasiones de interpretar con creatividad la pregunta y, por tanto, generará más ideas de mayor calidad” (Buzán, T. 2001. Head Strong)

El primer error que no nos deja llegar a una óptima motivación, tanto de los alumnos como de los propios profesores, es el sistema por el que se escogen a estos profesionales. ¿Un examen teórico es suficiente para determinar quién es la persona más indicada para enfrentarse a una clase repleta de diversidad y ser capaz de obtener el máximo provecho de su potencial? Sinceramente, no lo creo. Lo primero que debe tener es VOCACIÓN, y lo escribo con mayúsculas porque si no tiene vocación, ¿cómo podemos pretender tener profesores motivados? Por tanto el profesor debe estar entregado a su profesión, tener una formación completa y continua, ser creativo, flexible, tener capacidad de adaptación a diferentes situaciones, ilusión por lo que hace, imaginación, recursos… Una utopía, puedes pensar, pero, ¿qué menos que exigirles eso a los profesionales responsables de uno de los pilares vitales en la sociedad, la educación?

Para que el aprendizaje se produzca es necesario que el alumno esté motivado para aprender. El papel del profesor debe ser el de dinamizador y provocador de motivación: el aprendizaje se inicia con el proceso de motivación que moviliza las energías del estudiante respecto al acto de aprender…Si no existe motivación, hay que crearla; y si existe una motivación negativa hay que cambiarla.

“El verdadero éxito sólo se alcanza por el camino de la autosatisfacción. En saber que has hecho todo lo que eres capaz para ser lo mejor que puedes ser.”(Wooden, J. Practical modern basketball)

En la falta de estímulo por los aprendizajes escolares, se podría distinguir entre los alumnos no motivados y los desmotivados. La no motivación consiste en la falta de interés en las tareas escolares y en los contenidos de los mismos, en la forma de presentarlos y de trabajarlos. Para corregir esta deficiencia sería necesaria una intervención preferentemente de carácter didáctico. La desmotivación se refiere a aspectos más externos al propio contenido del aprendizaje, y requiere una intervención más psicológica y profesional del ámbito escolar exterior al alumno. Por parte del profesor se necesita una reflexión y actuación consecuente. Es importante que el profesor sepa distinguir cuál es la causa que tapona el interés de los alumnos por los contenidos de aprendizaje y las tareas escolares, porque según los casos de actuación deberá ser correctora y/o suplementaria. En esta desmotivación puede jugar un papel destacado también los padres, los compañeros, el propio ambiente escolar y la sociedad.

“Al niño desprejuiciado, que disfruta del dibujo y la pintura, que colorea las cosas como le place, que plantea incesantes preguntas, capaz de otorgar una variedad infinita de utilidades a la caja que envolvía su regalo de cumpleaños y hace de ella un avión, una casa, una cueva, un tanque, un barco o una nave espacial, se le instruye gradualmente para que tome notas de un solo color, para que apenas haga preguntas (y especialmente evite las <>, que son las más interesantes), para que relaje sus millones de fibras musculares ansiosas de acción, y para que se conciencie poco a poco de su ineptitud artística, musical, intelectual o deportiva. De este modo, el niño pasa a ser un adulto convencido de su incapacidad creativa, que ha <> de poder imaginar miles de aplicaciones para una caja a apenas ser capaz de otorgarle un uso a algo.” (Buzan, T. 2001. Head Strong)

Creo que trabajar por la motivación debe ser algo constante e iniciar en los primeros años de desarrollo del niño. Por eso, creo que quien más peso tiene en esta tarea son los padres y los profesores si hablamos de su educación en general, y los profesores si nos referimos a la motivación por la escuela y las materias. Por supuesto, no les quito responsabilidad a los padres que, al ser el contexto familiar del niño, pueden favorecer la motivación de su hijo o destruir toda la que han conseguido adquirir en la escuela. Pero refiriéndonos a la etapa escolar, donde más tiempo pasan es precisamente en la escuela y es ahí donde más se forman en todas sus dimensiones y donde el principal responsable es el profesor. Por eso vuelco el mayor peso en lo que se refiere a motivación, en el tutor.
Además, defiendo que es algo que si empieza a trabajarse de forma constante desde el principio, desde la etapa infantil, es mucho más fácil conseguir logros importantes. Los primeros 6 años de un niño son los más importantes en cuanto a su desarrollo integral. Son los cimientos, la base, sobre los que se asentarán los próximos aprendizajes y retos, y cuanto más sólida y compacta sea, mejor y más fácilmente se fijarán dichos contenidos. Si el profesor hace que el niño cultive el gusto por la escuela, por aprender, la curiosidad por nuevos conocimientos, el interés por lo novedoso, estará ayudando al niño a formarse como una persona viva y con inquietudes. Así como digo que es necesaria la intervención desde infantil, también añado que es más fácil ya que los niños suelen tener un tutor, quien pasa la mayoría del tiempo con ellos, y uno o dos profesores de asignaturas concretas o de apoyo. Por tanto, es más fácil mantener esa motivación cuando intervienen pocos profesores y predomina uno de ellos. En Educación Primaria y Secundaria, sin embargo, es más complicado ya que intervienen más profesores y cada profesor debe trabajar por la motivación en su asignatura.

Si algo he aprendido en mi formación profesional tanto académica como por la experiencia que he podido tener en este tiempo, es que no existe aprendizaje si no hay aprendizaje significativo, valga la redundancia. Este requiere unas condiciones que corresponden a tres dimensiones: lógica (que el nuevo conocimiento conecte adecuadamente con lo que es alumno ya conoce), cognitiva (que sea abordable desde las condiciones psicoevolutivas del alumno) y afectiva (la necesidad de una disposición subjetiva para el aprendizaje, es decir, la motivación)
Para atribuir sentido a una tarea de aprendizaje y que el alumno se entregue a la misma con una actitud abierta, es necesario que la considere atractiva, que le interese. Así orientará sus estrategias de aprendizaje y su disposición para establecer relaciones entre lo que se presenta y lo que ya se conocen, o se limitarán a cumplir con más o menos fidelidad los requisitos que se le plantean. El que aprende y es consciente de ello se motiva por esta actividad y, a su vez, esa motivación impulsa al alumno para nuevos aprendizajes. Desde la teoría constructivista del aprendizaje, otra potencialidad de la motivación se centra en su actuación sobre la Zona de Desarrollo Próximo de los alumnos, por cuanto la motivación ayuda a ensanchar en Nivel de Desarrollo Afectivo (lo que el alumno es capaz de hacer solo), y abre expectativas más amplias para el Nivel de Desarrollo Potencial (lo que el alumno consigue con ayuda de otros). Coincido plenamente con aquellos que defienden que se debe actuar sobre la ZDP de los alumnos, de forma que lo que les tratamos de enseñar les resulte más cercano, consigan verle utilidad y sentido. Pienso que los profesores de cualquier asignatura, para unos quizás más fácil que para otros, deberían esforzarse al máximo por innovar sus métodos, estrategias y recursos de enseñanza, para así despertar la motivación por esos contenidos que los niños tienen oculta.
Está claro que no existe la fórmula perfecta, la magia no tiene cabida aquí, y mucho menos se podría aplicar a todos por igual. No puedo decir que existan motivaciones universales; no todo motiva a todos. Conseguir la predisposición del alumno hacia los contenidos y las tareas implícitas en el proceso de aprendizaje no se realiza en abstracto, depende de múltiples factores entre los que los contenidos a aprender u el alumno en concreto son el objeto y el sujeto de referencia relevante al respecto.
Una parte importante de “culpa” o responsabilidad la tiene el currículum, ya que el interés de los alumnos por aprender, o la falta del mismo, depende de los aprendizajes que se les plantean, de las metas que se les fijan, de las expectativas que se les abren con los conocimientos y destrezas que se les proponen y de los intereses personales que mantienen los alumnos. La programación de aula que el profesor diseña para sus alumnos, debería ser un instrumento dinamizador de las potencialidades motivadoras en todos y cada uno de sus elementos constitutivos.

“La escuela tiene la responsabilidad de transmitir unos contenidos y debe crear unas experiencias que susciten el interés. Los contenidos escolares no deben entenderse como algo aburrido pero necesario. Deben suponer la posibilidad de comprender e intervenir en la realidad” (Escaño y Gil, 1992).

Los contenidos de aprendizaje, deben tener una significatividad lógica, siendo coherentes, claros, organizados; y también una significatividad psicológica, en consonancia con el nivel de desarrollo y los conocimientos previos de los alumnos. Además, un mayor o menor nivel de motivación del alumno ante determinados aprendizajes o actividad escolar, hará que se produzca un aprendizaje profundo o, por el contrario, superficial, estratégico, repetitivo y memorístico.

“En la interacción entre profesor y alumno, los recursos se presentan como facilitadores de la comunicación y como mediadores, tanto para motivar al alumno como para garantizar el aprendizaje significativo de los contenidos que se ponen a su alcance” (MEC, 1994).

Una adecuada adaptación de la metodología a la naturaleza de los objetivos y los contenidos a trabajar, que permita al alumno adentrarse en los diferentes aprendizajes desde una participación activa, resulta realmente motivadora.
La evaluación es clave en una enseñanza motivadora, ya que puede suponer un temor para los alumnos y dirigir todos sus esfuerzos a “superar” esa prueba que te etiqueta de por vida. De ser así, destruiría todo el proceso motivador anterior. La evaluación de los progresos de los alumnos ha de tener presente la existencia de una serie de factores que inciden en el rendimiento escolar (la propia capacidad del alumno en el ámbito escolar, los condicionamientos familiares, socio-ambientales, etc.). Para el alumno, conocer y compartir los criterios, resultados y valoración de su trabajo será una fuente de información sobre la eficacia del mismo, proporcionará argumentos para su autoestima y podrá convertirse en una herramienta útil y decisiva en la génesis de la motivación para mejorar sus rendimientos escolares.
Lo más terrible de todo, desde mi punto de vista, es que nacemos motivados, es algo innato, y somos nosotros mismos los que vamos deteriorándola, desgastándola, hasta hacerla desaparecer. Pero, hablando de educación siempre veo esperanza, y estoy segura de que no desaparece del todo, sino está ahí oculta esperando a que alguien la cultive de nuevo y emerja otra vez para hacerle a ese niño la vida, la escuela, los nuevos conocimientos, más atractivos y dotados de sentido.
Por lo tanto, maestros, padres, profesores, especialistas implicados en la educación, tenemos en nuestras manos la posibilidad de que los niños se formen lo más rica y globalmente posible. Así que, trabajemos ese aspecto tan importante como es la motivación, transmitámosles ilusión por aprender, conocer, descubrir…consigamos que confíen en nosotros como guía para su desarrollo y, sobre todo, lo más importante, en ellos mismos, que no les quede ninguna duda de que son capaces de hacer lo que se propongan y crean en ellos mismos.

Por último, me gustaría concluir con una cita que Kaye Thorne dedica a los niños de todas partes y que estoy segura de que dejará pensativo a cualquiera que la lea:

“Vivid siempre vuestros sueños y haced de este mundo un lugar más original e inspirador. Nunca creáis a quien os diga que no sois capaces de hacerlo. Simplemente creed de corazón que podéis.”












































domingo, 30 de mayo de 2010

OBRA FINAL - FOTOGRAFÍA

--> Esta es la fotografía que presento como obra final de esta asignatura.

>>Mi situación actual de incertidumbre, al igual que la de muchos de mis compañeros imagino, sobre mi futuro profesional, personal y académico me llevó a hacer esta representación del positivismo o pesimismo, según los ojos que la miren.


>>Lo que más trabajo me costó y me desesperó un poco, fue conseguir el efecto óptico del "espejo" para que se viera el reflejo del vaso medio lleno.

>>Por lo demás, personalmente, estoy muy satisfecha del resultado, realmente me he sorprendido a mí misma teniendo en cuenta que no había trabajado con fotografía antes, y ha merecido la pena los quebraderos de cabeza que me ha supuesto llegar hasta aquí.

jueves, 6 de mayo de 2010

EXPERIENCIA 4 - 1Minuto

Según las indicaciones de la semana pasada, he creado este vídeo, haciendo referencia al minuto de silencio que tantas personas han guardado por todos los rincones del mundo, en homenaje a las víctimas de múltiples catástrofes y actos de terrorismo y violencia.
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miércoles, 28 de abril de 2010

EXPERIENCIA 3: RIP. Diálogo de poéticas contemporáneas II

Oliviero Toscani es un fotógrafo italiano principamente reconocido por sus campañas publicitarias diseñadas para la marca de ropa Benetton, que causaron mucha controversia en la década de los 80´y 90´. Este artista siempre ha tratado temas muy polémicos como la homofobia, la anorexia, el racismo, la pena capital, la religión, el SIDA, la guerra, etc.

Por eso he decidido continuar su obra con una campaña dirigida a un tema tan actual y polémico como es el aborto, ya que no he encontrado ninguna obra suya sobre ello.

En primer lugar, adjunto una recopilación de fotos que recoge los temas principales con los que ha trabajado Oliviero Toscani, a modo de resumen para comprender la idea general de su obra y así poder enlazarlo con mi fotografía, que viene a continuación.








jueves, 22 de abril de 2010

EPDEA. EXPERIENCIA 2

Dibujar un cuerpo desnudo del sexo opuesto SIN MIRAR:






Dibujo colectivo utilizando los espejos: